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el proceso de creación de cerámicas

El proceso comienza yendo a comprar las bolsas de arcilla y talco en polvo. Luego en el taller se arma la pasta mezclando los dos componentes con agua. Se amasa y queda lista la pasta para trabajarla.

Trabajo generalmente con la técnica de planchas que consiste en estirar la pasta con un palote y luego recortar formas e ir construyendo la pieza de a poco. Otra técnica que adoro y utilizo mucho, es una muy ancestral e intuitiva que se llama pellizco, consta en agarrar una bolita de arcilla e ir aprontando su centro con un dedo y así ir formando las paredes de un futuro cuenco.

Cuando está la pieza construida, debe secarse al aire durante 5 días aproximadamente.

Una vez seca la pieza se emprolija con esponja húmeda, sobre todo los bordes, y luego está lista para entrar al horno. La primera horneada es a 950 grados y se llama bizcocho. La pieza de arcilla es transformada ahora en una pieza de arcilla cocida, cerámica, ya no volverá a ser barro.

Cuando está la pieza bizcochada se procede al momento del esmaltado. Se preparan los esmaltes (libres de plomo), y generalmente se sumerge la pieza en la mezcla de esmalte en polvo y agua.

Finalmente entra otra vez al horno pero esta vez a 1150 grados, donde el esmalte se fundirá y quedará adherido a la pieza como una capa vítrea.

Hay que esperar un día aproximadamente para que baje la temperatura del horno, ¡y sacar las ansiadas piezas!

Nota: en cualquier parte del proceso puede partirse la pieza tan valiosa, hay veces que tiene solución, ¡y otras hay que aprender a desapegarse de lo material y volver a crear!